Tener hermanos es un tesoro que hoy no está al alcance de cualquiera. Hay muchos niños y niñas que tienen "de todo" pero crecen como "hijos únicos" No suele ser el caso de los que tenemos más de 50 años. Una gran mayoría fuimos familia numerosa que en aquellos momentos, los de nuestra infancia, suponía ser cuatro, al menos.
Con los hermanos, ¡te unen tantan cosas!: un lenguaje de miradas, gestos y palabras, frases específicas que tienen un significado único, extraordinario. Y unos genes compartidos que te hacen reconocerte en ellos, a pesar de las diferencias, de las distancias y de los años....
Luego, con otros, tus amigos, tu pareja, tus hijos etc. estableces diferentes y profundas relaciones de afecto, de amistad, de entendimiento profesional... pero aquel código que elaboraste con tus hermanos... quedá allí, como en tus plantillas, no archivado sino latente, dispuesto a revivir en cada encuentro.
Gracias Cruz, Pablo y Mauri por haber sido y ser mis hermanos. ¡Que todavía tengamos muchas ocasiones para juntarnos!
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