IV Muestra de artes escenicas fantásticas

La IV Muestra de Artes Fantásticas ha sido estupenda: malabares, teatro de calle, sombras chinescas, artilugios móviles para pasear a los peques, conciertos con copas de cristal…. Un derroche de alegría, color, creatividad. Muchísima participación, muy bien organizado a pesar de algunos cambios debidos a la lluvia, puntuales…. Ambiente que te hace sentir orgullo de ser ciudadano de aquí. Me he vuelto a sentir en mi ciudad, recorriendo a buen paso todos los escenarios, de la calle Alta a Pombo, a los Jardines, a Tantín, al centro cívico del Rio de la Pila, a Numancia… Enhorabuena a los organizadores.


He superado la tristeza que sentí al llegar a Santander y ver el comienzo de lo que parece que inevitablemente será el Centro Botín: Ganas de gritar sin voz y una lágrimina salada y silenciosa…

Un kilómetro de muro, muralla, que aleja al ciudadano del mar impidiéndole siquiera ver, calibrar el desastre. Aquel paseo que discurría junto a la Estación Marítima, bajo pérgola con pececillos en la zona de estanque, con piedritas y plantas… hoy convertido en basurero, sin agua, sin vida, sólo latas de cocacola y cerveza. Sórdido y triste, mientras la gente –paseadora de convicción- sigue transitando, cada cual en sus pensamientos….

Gracias que del embarcadero a Puerto Chico, todo permanece, como siempre y como nunca, los pilones cutres de los muelles, con mejillones como toda la vida, la luz gris de día otoñal, la bahía plácida y las montañas de Cabarga, el Pico Solares, testigos mudos del intento de cambiar un paisaje suficientemente bello.



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