Celebraciones de Semana Santa




 Puede que el frío que pasé de niña mientras esperaba que se iniciaran las Procesiones y el rechazo, ya en la adolescencia, a una religión familiar y escolar muy opresiva me hicieron que huyese, en mi edad adulta, de todos los rituales que tuvieran que ver con la Semana Santa. Y así como he seguido disfrutando del folklore que rodea la Navidad (visitas a Belenes, audiciones de la Sibila y conciertos de villancicos…) lo relativo a los rituales de la Pasión me provocaban  entre escalofrío y urticaria.


Pues bien, este año me he reconciliado, y no ha sido precisamente con la alegría ruidosa de los andaluces, han sido los pequeños pueblos de pinares que me han enseñado sus tradiciones del Calvario Viviente (asistí al de Alcoba de la Torre) y la procesión del Encuentro (Araúzo de Miel) en un intento de recuperar y conservar pequeñas, para mí obras de un teatro vecinal, muy arraigado en esta zona, que aunque peligra su demografía,  residentes y allegados hacen de actores y de público, esforzándose cada año para que el resultado sea más digno.


Si logran mantener la calidad del ritual sin que el gran  público externo que en vacaciones puede  distorsionar espacios reducidos e íntimos, hay que reconocerles un mérito extraordinario capaz de emocionar a los locales que se acerquen aunque no tengan un sentimiento religioso. En el 2015 el Ministerio de Cultura lo declaró Parimonio Cultural Inmaterial y pienso que  les pudiera pasar como en Santillana del Mar con la Cabalgata de Reyes… ya los asistentes son tantísimos, que sólo te puedes situar en un punto y en una escena, ya no puedes recorrer el pueblo con la comitiva…


Enhorabuena a estos pueblos por las actividades con las que intentan luchar contra el vaciamiento, retener a los allegados y convidar a los cercanos, recuperando y mejorando las antiguas tradiciones. Las diez niñas y dos niños que ayer hicieron de apóstoles, recitando sus poemas son, en su mayoría, nietos de vecinos de un pueblo que acaba (este curso) de cerrar la escuela  -un edificio extraordinario de piedra,  que aún conserva el rótulo de “Grupo Escolar”, orgullo en otro tiempo, junto a su plaza de toros, y su pequeño teatro…-


La iglesia, preciosa, estratégicamente situada y con órgano funcionando nos da la referencia de la importancia histórica de la localidad. Gracias por invitarnos a escuchar no solo el “Cordero de Dios” o el Gloria con la bajada de la cortina morada, como es preceptivo, sino por las tonada castellanas con el “salga señor cura salga”. 


Enhorabuena a los organizadores por un trabajo tan mimado.


No hay comentarios: